We are Samaritan Tours. We provide tours all around the country to show visitors the unique historical, ecological and cultural heritage of NIcaragua.
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Misión: Our mission is to provide the best experience to all visitors from around the world and share not only our culture, history, flauna and flora we have in our beautiful country but friendship no matter what!
Funcionando como de costumbre
Quienes habitaban y sus costumbres a la llegada de los españoles.
Resulta de todos estos diversos movimientos etnológicos que, al tiempo de la conquista, Nicaragua se encontraba desigualmente repartido entre pueblos de origen, costumbre e idiomas diferentes, y a veces enemigos unos de otros. Esos pueblos eran:
los Niquiranos,
los Choroteganos,
los Chontales
y los Caribisi.
1' — Los "Niquiranos" ocupaban toda la parte comprendida entre el lago y el Pacífico, como también las islas de Ometepe y Zapatera. Por el Norte se extendían hasta el río Tamarindo. Tenían por cacique a Nicarao, jefe inteligente y opulento que residía en Nicaraocalli, su capital (ahora Rivas).
Al sur de los Niquiranos, pero separados de ellos por dificultades topográficas, se encontraba otro grupo llamado los Orotinanos. Formaban el más meridional de los pueblos de origen mejicano, sin relación alguna con las naciones que venían enseguida. Su jefe era Nicoya, que residía en Orotina, su capital, al pie del volcán de Oroti (ahora Orosi). Su jurisdicción comprendía las comarcas actuales de Guanacaste y Nicoya.
En fin, al Norte de la bahía de Fonseca existía otra colonia mejicana, los Cholutecanos, casi sin relación con sus hermanos los Niquiranos, de los cuales habían sido separados por los Nagrandanos (véase a continuación) pero en relación constante con los Pipiles y otros populosos grupos del mismo origen que poblaban la costa del Salvador actual.
2 — En el centro de Nicaragua, y especialmente entre ambas lagunas, estaban situadas las poblaciones compactas de los Choroteganos, descendientes de los primeros fundadores de Culhuacan. Se dividían en dos fracciones bien distintas: los Dirianes (que significa hombres de los altos) y los Nagrandanos (hombres de los bajos).
Los Dirianes contaban entre sus principales ciudades: Salteba, al pié del volcán de Mombacho y cerca del Gran Lago, que llamaban Cocibolca; Managua, a la orilla del Lago Menor, que llamaban Xolotlán. Esta última ciudad ofrecía la particularidad de componerse de casas numerosas, pero aisladas, diseminadas paralelamente a la playa sobre un frente de cuatro leguas; tenía 40,000 habitantes, gobernados por el cacique Tipitapa, el más poderoso de todos, y cuya residencia se encontraba en la extremidad oriental de la ciudad, cerca del punto donde se unen los dos lagos. En Saltaba (ahora Jalteba), gobernaba el cacique Nequecheri, cuya jurisdicción se extendía hacia las populosas mesas de Diriomo y Niquinomo (Niquinohomo), pueblos en estado permanente de guerra con los Niquiranos de Xinotepetl (Jinotepe) y de Masatepetl (Masatepe). Alrededor de la laguna de Masaya actual se encontraban más de veinte pueblos importantes, de los cuales uno llevaba el nombre del volcán vecino, Masaya (el cerro humeante), entonces en actividad perpetua. Los Niquiranos de Masatepetl lo llamaban Popocateptl, que tenía la misma significación en su idioma mejicano.
Todos esos pueblos, cuyo origen era diriano, estaban sometidos a la autoridad del cacique Tendera, que residía en Nindirí, ciudad entonces muy animada y floreciente.
Los Nagrandanos, aunque de la misma raza de los Dirianes, y hablando como ellos el Chorotegano, se habían visto obligados a separarse enteramente de ellos después de una guerra encarnizada' que había dejado entre ambos pueblos un odio mortal. Vencidos en los últimos encuentros, habían abandonado sus antiguas residencias y conquistado sobre los Niquiranos la parte que se extendía entre el lago de Xolotlán y el mar. Sus principales ciudades eran Imbita, cerca de la orilla occidental de dicho lago, y Subtiaba en el centro de la comarca.
3 — Los "Chontales," que hablaban el idioma Maya 10 y cuyo nombre significa extranjero, ocupaban todas las vertientes de la cordillera central más allá de los lagos. Sus relaciones con los otros pueblos eran casi nulas.
En las cortes de Tendera y de Nequecherí eran considerados como salvajes. Es difícil precisar su origen y la época en que vinieron a interponerse entre los Choroteganos y los Caribisi de la costa oriental; pero como se habla el chontal en toda la extensión de la cordillera Americana, desde Nicaragua hasta Oaxaca, es probable que sean una rama de los Maya, que en tiempos remotos abandonaron el distrito de Copan para extenderse a la vez por el Norte y por el Sur, sin oposición alguna entre las sinuosidades despobladas de la cordillera. Sus principales pueblos eran Lovigüisca, Matagalpa y Palacagüina; no tenían grandes ciudades.
4 — En fin, los "Caribisi," dueños de toda la vertiente oriental de la cordillera hasta el Océano Atlántico sin población fija, erraban divididos en tantas grandes familias o tribus como hay grandes hoyas de ríos principales; hablaban cada una un dialecto diferente, pero podían referirse todos a una lengua madre común, el Caribisi, que probablemente ha sido el idioma primitivo de los aborígenes Centro-americanos. Los Españoles, encontrándoles alguna analogía con los indígenas antillanos, que llamaban caraibes, les dieron este nombre, que se ha perpetuado hasta nuestros días." Vivían siempre en las orillas de los ríos, en pequeños grupos de familias esparcidas.
Es muy probable que los Caribisi, aborígenes Americanos, ocuparon primitivamente todo el país de mar a mar, y que fueron arrojados de la parte occidental, la más fértil y la más apetecible por la hermosura de sus lagos y su clima, por los Choroteganos. Estos fueron más tarde despojados de la costa occidental por los Niquiranos, entre tanto que los Chontales, avanzando por la cordillera, se establecían entre ellos y los Caribisi. Así se encontró poblado Nicaragua, al Este por dos pueblos semi-salvajes, los Chontales y los Caribisi, y al Oeste por dos pueblos semi-cultos, los Choroteganos y los Niquiranos.
Estos dos últimos habían llegado a un grado bastante notable de civilización; desgraciadamente no construían con piedra y no nos queda nada de ellos sino unos ídolos de basalto, objetos de barro, armas y pequeños utensilios.
Sus casas eran de madera o de cañas y cubiertas con palmas o zacate; pero, a pesar de aquellos pobres recursos arquitectónicos, algunos de sus edificios públicos presentaban un aspecto imponente. Su vestido no carecía de cierta elegancia, y su trato era afable y cortés.
Tenían libros, ya sea de un papel grueso y gris, fabricado con fibras vegetales, ya sea de pieles, sobre el cual escribían, con figuras jeroglíficos pintadas, sus leyes, ritos y hazañas memorables. Estos libros eran de una sola tira de doce palmos de largo y de uno de ancho, doblada en doce o veinte y cuatro pliegos y pintada de ambos lados." Sus conocimientos astronómicos eran tan adelantados como los de los Mejicanos, que excitaron la admiración de los sabios de Europa. La duración del año entre ellos, basada sobre los movimientos de la luna, era de 18 meses y 20 días. Tenían un sistema de numeración muy ingenioso, cuya base era 20. Eran grandes "Herbolarios", es decir, conocedores de las virtudes terapéuticas de las plantas." Su moneda usual era el cacao, que dividían por "contles" de 400 almendras cada uno. 20 contles eran un xiquipil, y tres xiquipiles una carga. 200 granos tenían el valor de 12 centavos más o menos de ahora, en la época de la conquista.
Trabajaban admirablemente el barro para vajillas domésticas y conocían buenos barnices y colores capaces de resistir al fuego. Pero labraban medianamente la piedra dura para armas o instrumentos. Conocían, no el secreto del temple del cobre, pero sí el de su liga con otros metales que le daban dureza y filo." Desplegaban un arte verdadero en la cinceladura de las alhajas de oro. Sabían hacer toda clase de cordeles, hamacas, petates y también mantas de algodón, sea sencillas, sea complicadas de dibujos de colores, y a veces tejidas con plumas brillantes.
Cultivaban el cacao, el maíz, el plátano" y varias raíces comestibles, y sabían hacer con estas últimas, bebidas embriagadoras; beneficiaban la cochinilla y sabían extraer del jiquelite una especie de añil. Comían venado y todos los animales de caza y pesca, hasta el lagarto y las culebras, que sabían matar y desollar de modo que no tuviesen olor a almizcle. Educaban una clase de perro comestible y varias aves, siendo el pavo (Chompipe) el más común.
Su religión era una idolatría algo confusa. Sus dos principales dioses (teotes) eran Tamagostad y Zipaltonal"; el primero varón y el segundo mujer. Ellos eran los que habían vuelto a poblar el mundo de hombres, animales y plantas, después de un cataclismo que lo había destruido Los otros dioses eran secundarios y presidían a los elementos, como el fuego, el viento, la lluvia, etc., 6 a los actos más importantes de la vida, la caza, por ejemplo, o el mar, etc.
El culto de aquellas divinidades consistía en ofrecerles sacrificios, con acompañamiento de ceremonias bastante complicadas, sobre un altar colocado al pié de una estatua elevada que pretendía representarlas con sus atributos, en cuanto era permitido a los escultores indígenas por la insuficiencia de sus conocimientos artísticos, la imperfección de su herramienta y la dureza del basalto empleado. En las grandes circunstancias sacrificaban víctimas humanas, por lo regular prisioneros de guerra o niños Las fiestas tenían a veces por objeto especial solicitar de los dioses un favor como la lluvia o la victoria, y otras veces la celebración de un aniversario, o bien de un casamiento o funerales, etc.
Sus costumbres eran suaves, sus hábitos alegres, sus ocupaciones rústicas. Su moralidad era muy grande en la vida ordinaria; pero, sin embargo, sus guerras eran siempre muy tenaces y encarnizadas. Sus movimientos en el país se ejecutaban a pié por senderos estrechos, pero bien trazados, secos en todo tiempo y conservados religiosamente en buen estado por los que los transitaban. Los transportes se hacían al hombro, y muchos individuos ejercían el oficio de mozos de cordel. La carga normal era de 75 libras, y el trayecto diario de 8 a 10 leguas. La profesión de comerciante era la más considerada: algunos centralizaban las mercancías y tenían factorías en muchos pueblos a donde se hacían ferias regulares, acompañadas de varios juegos y concursos de premios. Cuando Cortés hizo su famosa expedición por tierra de Méjico a Honduras, le enseñaron en el Tabasco un mapa muy curioso de Centro-América, en el cual estaban pintados todos los caminos hasta Panamá, con los nombres de las ciudades, su distancia entre sí y las fechas de las ferias de cada una.
Notas Geográficas y Económicas Sobre la República de Nicaragua Pablo Levy
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Imagen con propósito ilustrativo @INTUR
Mercado Municipal, HOY Mercado de las Artesanías. Construido por William Claime (Inglés) y Gil Pimentel (Italiano).
En 1888 el Gobierno Municipal celebró un contrato con los ingenieros Claime y Pimentel, para que construyeran el Mercado Municipal de Masaya. Este Mercado estuvo en manos de los ingenieros por 34 años pero luego lo vendieron a Nicaragua Sugar, donde el mayor accionista era Don Adolfo Bernard. Según Don Raúl Sánchez, historiador de Masaya, en 1926 por gestiones del Alcalde Dr. Aarón Tückler, Don Adolfo Benard trasladó los derechos del antiguo Mercado al Gobierno Municipal, y desde esa fecha la municipalidad pasó a ser dueña del Mercado de Masaya. Este Mercado mide de norte a sur 104 varas y de oriente a poniente 120 varas.
Este Mercado ha sido considerado como el más elegante de Nicaragua y el más antiguo. En el espacio donde se construyó, funcionó una universidad fundada por el Dr. Rosalío Cortés y el historiador Lic. Jerónimo Pérez Marenco.
Pasó 18 años abandonado y su primer incendio lo sufrió en 1966, el segundo 1978 y el tercero fue de forma parcial en el sector oriente del edificio, el día 12 de mayo del 2018.
Fuente: Masaya Indígena y Mestiza, escrito por el Licenciado y Profesor Eliseo Antonio Ramírez Sirias.
Recopilador y fotografía, Orlando José Blanco Galo, Comunicador Social
COYOTEPE HISTORY
Some scholars have proposed Coyotepe, from "Coyotl", Coyote (latrans sp), and they translate Cerro de los Coyotes ( Hill with coyotes ), but in our opinion (Davila Bolaños), the great density of the population of the place, cited by Oviedo, and what The absence of water made the presence of these animals more than difficult. On the other hand, many specimens of Coyoles (Acrocomia sp (Common names include grugru palm, macaúba palm, coyol palm, and macaw palm) ) are still seen
It is located north of the city of Masaya at the top of the hill of the same name, an elevation of 586 meters. above sea level and at a distance of 28.2 km from the city of Managua.
The fortress was built in 1893, during the administration of Liberal President José Santos Zelaya, with the aim of creating a protection zone for Masaya since then that city was threatened by the war between liberals and conservatives. This point being the one with the best strategic value
The Coyotepe by 1912 was only one storiy. But by 1936 Anastasio Somoza García, or Tacho Viejo as people knew him, had tunnels built for political prisoners. In the complex building there are 43 "bedrooms", 28 of which are on the first floor, which is where the best conditions were had, as there was some air and light. From 1913 to 1936 the fortress was occupied as a military base
In 1912 the heroic deed of General Benjamín Zeledón stands out in the Fortress, who defended national sovereignty together with Colonel Isodoro Díaz and his soldiers against troops of United States marines, who came to the aid of the conservatives of the then president Adolfo Díaz. On October 3, 1912, the US military chief Joseph Pendleton attacked Fortress Coyotepe, Cerro La Barranca and the city of Masaya.
In 1964, President Dr. Rene Shick donated the Fortress and 52 blocks of land to the Scouts Association of Nicaragua. In 1972, after the Managua earthquake, the Fortress and the Scout School Field served as a refuge for hundreds of victims.
Anastasio Somoza Debayle, in 1975, used the Fortress again as a prison for political opponents, it is known that in this period (1975-1979) acts of torture were committed, killing a considerable number of them. After the revolution, it was used for the same purpose, until 1983, when it was handed over to the Sandinista Children's Association.
In 1992, the president of the republic, Doña Violeta Barrios de Chamorro, returned the Coyotepe facilities to the ASN (Association of Scouts of Nicaragua), in a public ceremony held in the Coyotepe Fortress. The state in which it was received was discouraging, as the place was in deplorable condition due to the passage of time and lack of maintenance.
El Coyotepe still preserves its original structure, despite the fact that it was the scene of great military battles and of at least three revolutions. In El Coyotepe it was fought during the liberal revolution of 1893, and several years later, in 1912, General Benjamín Zeledón hid behind the historic walls to resist the invasion of North American troops trying to reach Masaya. From there, in 1979, General Somoza's guard, evicted from the center of the city, bombed the Masaya neighborhoods during the final FSLN offensive.
Today and still under the protection of the Scouts of Nicaragua, it is a historical place that you have to visit when you pass through the always heroic city of Masaya.
UN PERSONAJE DE MIS RECUERDOS...DON CUTUFAY
Don Rolando Rafael Marín Obregón,
Cochero de la ciudad de Masaya. Su primer oficio fue Pipero, acarreaba agua del puesto Olivia Cuadra, cuando no había agua en Masaya, él ofrecía a un real el cántaro a los pobladores.
La foto fue tomada en los ’70, por el reconocido fotógrafo “chincopecho” frente a lo que es hoy la Farmacia “Estrella Roja”.
En sus 49 años de su oficio como Cochero, daba servicio de recorrido a los estudiantes de los colegios Bautista, Monjita Española y Santa Teresita.
Don Rolando todo un caballero en 1984 que viajaba a mi trabajo en el urbano que va a la Villa Bosco Monge, cuando este iba lleno siempre me cedia su silla y ahi fue que lo conoci. A los años me lo encontre saliendo de la Alcaldia de Masaya pero ya estaba muy enfermo. Fue la ultima vez que lo vi y sigue presente en mis recuerdos.
GRANDES TERREMOTOS QUE DESTRUYERON MANAGUA
1898: viernes 29 de abril. A las 10:45 de la mañana un violento terremoto se dejó sentir en Managua, León, Chinandega y otras ciudades del país.
En Managua, un fuerte y destructor sacudimiento de tierra hizo que el suelo ondulara como la superficie de un lago durante una tempestad. Muchas personas aseguraron no haber sentido jamás un sismo tan fuerte. Se escuchaban lamentos y oraciones por todas partes mientras las paredes de las casas se desplomaban.
Los edificios públicos que sufrieron mayores daños fueron la iglesia San Miguel, el Cabildo y la Penitenciaría. Todas las casas particulares quedaron averiadas. La duración del sismo se estimó en 50 segundos.
1931: Otra violenta sacudida sísmica conmovería el país entero, viendo sucumbir Managua en la mañana del 31 de marzo, dejando grandes daños materiales, gran cantidad de heridos y golpeados, y dos mil muertos.
1972. 23 de diciembre, vísperas de la navidad, la ciudad de Managua fuera nuevamente destruida por un terremoto de 6,2 grados de magnitud en la escala de Richter, su profundidad, de solo 5 kilómetros. dejó un saldo de 10,000 víctimas.
Millares vieron los techos doblarse sobre sus cabezas; las paredes explotar, las torres doblegarse y
sintieron el polvo exprimiéndole las gargantas. O un peso sobrehumano invitándolos a rendirse para siempre.
Horas después de aquel sacudimiento brutal, los habitantes de Managua iban a vivir la experiencia
más angustiosa que un ser humano puede experimentar. La ruina, el fuego, las tinieblas, la sed, el
hambre, el saqueo y el caos habían puesto sitio a la ciudad.
La idea de la muerte se acomodó en las mentes de los habitantes de Managua y el fallecimiento de
alguien vino a ser sólo un detalle de un gigantesco cuadro, una cifra unidad a la gran mortandad.
A eso de las 2 de la mañana, el segundo gran temblor se abatió sobre la ciudad. Fue una remecida
intensísima, que obligó a millares de personas a abrazarse unas a otras; a aferrarse a árboles y
postes para no caer. Las hojas de los árboles sonaban en lo alto sacudidas con furia.
Como a las 3 de la mañana, los primeros resplandores del fuero iluminaron el cielo de Managua. Fue un amanecer tétrico, adelantado por la tragedia.
Poco antes de que saliera el sol, el número de heridos había sobrepasado la capacidad que tenía
los patios del hospital “El Retiro” y seguían amontonándose.
Se había agotado el plasma; se había agotado la sangre; las farmacias de los hospitales se habían
destruido y no se podían entrar a ellas en busca de medicinas. Todas las farmacias de Managua
habían sido destruidas también.
De pronto, todos los caminos se cerraban a la población de 400,000 habitantes. El agua empezó a
escasear y la gente se aferraba a pequeños recipientes quedando un poco.
A las 6 de la mañana del 23, los niños empezaron a circular de nuevo. Era la agitación febril de
intervenir. Se iba a un lugar en busca de personas conocidas, familiares, amigos, para ver cómo
habían salido del desastre. La frase ¡“se acabó Managua”! empezó a decirse por todas partes con
profunda emoción de resentimiento, cólera y espantoso sentimiento de que no había nada que
hacer.
De pronto, un ruido distinto, desusado en esos momentos, surgió en el cielo. Una avioneta blanca
sobrevolaba la ciudad. No era nada más que el primer vuelo de reconocimiento que realizaba un
piloto, pero el ruido trajo un poso de satisfacción.
Hasta ese momento, los habitantes de Managua habían tenido la sensación de haber sido cortados
de toda comunicación y cercados para el exterminio nal, como en el Juicio. No era nada más que
una avioneta, pero en aquel momento resultaba una señal de vida
Todas las necesidades esenciales de los habitantes de Managua parecían no tener solución.
Managua había sido, no solo destruida totalmente, sino también lanzada en un limbo de terrible impotencia, como una gran invitación a la desesperación.
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We started in 2008 as a small proyect of tourism working as volunteers on a NGO, The founder of Samaritan Tour Nelson Rodriguez started in the streets of Masaya offering tours to the travelers who visited the central park. Over the years he managed to provide professional guided tours all around Nicaragua.
Nowadays he is one of the best tourist guides of Nicaragua and a very known person in Masaya the city he was born.
His motto is” Samaritan Tours more than tours is a friendship” always working with love, loyalty and creativity and most important with responsibility to our customers.
The Samaritan Tours has a professional and certified team that worries about safety for its customers, the nature that surround us. We also work with rural communities and we take seriously the care of the nature..
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